La nena y su estrella

Hay una nena que vive dibujando.
Como esclava de sus diseños, ella dibuja todo el tiempo.
De vez en cuando sus muñecas duelen
y sus ojos se cansan.
Al cansarse de ellos brota una fina lluvia de color morado
que no todos pueden percibir,
y al caer sobre su hoja se transforma en manchas.
Manchas de color púrpura,
inadvertidas, desubicadas, indelebles
y estrelladas contra sus mejores obras.
Entonces aparece la estrella.
Como una diáfana porción de fuego
escurridiza, inquieta, avanza avasallante entre las demás.
Tan luminosa que con su luz cegaba,
cómplice que son su luz borraba los bosquejos arruinados.
Un día de repente la estrella se tornó rojiza,
creciente e imparable, con desesperación
la nena la miraba impertérrita
y al seguirla así sin querer derramó pesadas gotas violeta
amoratando hasta el último rincón del dibujo.
De repente la estrella, más radiante que nunca, se consumió
En sólo un instante la estrella ya no era.
La luz se apagó, y la nena ya no puede borrar.
Por primera vez sintió el dolor del silencio,
de la oscuridad, sintió el alma quemársele viva,
y supo que a veces el infierno mismo se nos cuela
como una sombra, que marca pero no mata.
Ella sabe que tiene que seguir dibujando.
La penumbra revelará secretos,
en ella aprenderá a mezclar colores que se luzcan
sobre el desastre de la lluvia púrpura.
Quizás dibuje estrellas,
que le recuerden a la suya,
la más hermosa que jamás haya existido.

♥ 28/12/1958 - 04/08/2011 ♥